por León Solanski
Imagen: Smile de SpaceStar.
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Desde lo lejos se oye la última carcajada
esa que se marcha arrastrada por el mar
el mar negro de la muerte
ese mar por el que todos navegaremos
con y sin salvavidas.
De nada, hombre, te sirvieron los poemas
los himnos y
cas canciones de guerra
de nada sirvieron los días y las noches
el buen humor y la sangre fría
de nada sirvió la vida
sino para vitorear a la muerte.
Y en la eterna noche oirás la última carcajada
esa que se apaga
esa que es más bien el sollozo
de un naufragio
Y es que de nada, hombre,
te sirvieron las fronteras
pues al final la única patria conocida
es la muerte.